viernes, 19 de noviembre de 2010

EL MUNDO DEL REVÉS

Argentina se afana por ser un país de contradicciones y leyendas inconclusas que jamás nadie cuestiona. Desde 1810 hasta nuestros días hay historias que no termino de entender. Podríamos pasar largas horas husmeando en el tiempo, pero hay un par de hechos en particular que me hacen pensar.
El 19 de noviembre de 1980, la “banda de los comisarios”, organización delictiva formada por altos funcionarios de la Policía Federal, secuestraron al empresario hotelero Julio Ducdoc (padre). Pidieron un rescate de 1.500.000 de dólares y un hermano de la víctima los paga nueve meses después, el 09 de agosto de 1981. Julio nunca apareció, ni muerto ni vivo.
Hasta ahí podría sospecharse de terrorismo de Estado. Más tarde se confirman otros secuestros, más o menos felices, entre el que se cuenta el de Mauricio Macri, en setiembre de 1991. A Mauricio también lo secuestra la “banda de los comisarios” quienes luego de recibir un jugoso rescate lo liberaron. Mauricio corrió con mejor suerte que Julio, al menos vive para contarlo.
Para quienes no lo saben, Julio Ducdoc es el padre del heredero del imperio hotelero, Julio Ducdoc hijo, quién a su vez es esposo de la Diputada Cynthia Hotton, quien llega a la banca de la mano de Mauricio Macri.
Las casualidades son muchas. Mauricio y Cynthia embanderando la política de la derecha en Buenos Aires, ambos víctimas de una manera u otra de los secuestros extorsivos, ambos vinculados desde un lugar u otro al “Fino” Palacios, personaje singular, dueño de una impunidad mística, vinculado a la “banda de los comisarios”, al caso de la AMIA y a otros tantos delitos, sin contar los de lesa humanidad perpetrados en la dictadura militar, entre el 76 y el 83.
Mauricio defendiendo la democracia, pero muy cerca de personajes siniestros como el Fino, Cynthia defendiendo los “valores cristianos”, pero su marido tiene un Hotel 5 estrellas “gay friendly”, Mauricio víctima de un secuestro en el que presuntamente estuvo implicado el Fino, quien hoy es jefe de su policía metropolitana, Hotton salvaguarda los “valores cristianos” pero no quiere decir quien la extorsionaba para que cambiara su voto por el presupuesto 2011, lo que la convierte en cómplice. Además sostiene que políticos honestos son el mismísimo Macri y Cobos. Eso por nombrar solo algunas cosas.
Es triste darse cuenta que hay gente en cargos de envergadura que realmente no merecen, que han jugado con la falta de memoria de un país y practican a la perfección el “haz lo que yo digo y no lo que yo hago. Espero que las carreras políticas de éstos personajes estén en terapia intensiva y que no tengamos nuevamente una defensora del NO reconocimiento de derechos o un mercader de la democracia.

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