Me tomo el atrevimiento de escribir éstas líneas para hacerles llegar mi opinión respecto del tema que nos ocupa por estos días y que tanta polémica causa en el seno social y político del país, La Ley De Matrimonio Para Todos Y Todas, por que he escuchado en éste tiempo cosas tan vergonzosas que no pude hacer oídos sordos.
En primera medida mucha gente cree que la comunidad gay es una minoría “minoritaria”. Lo cierto es que la minoría LGTTB en la Argentina es una minoría mayoritaria, no es una minoría de minorías. En segunda medida escuché que ser homosexual es tener un “gusto” desviado o ser enfermos. Cabe aclarar que no son "gustos" sexuales, es orientación la palabra correcta, gusto requiere de elección, en cambio orientación es algo innato, se nace así (Orientación heterosexual por ejemplo). Afirman que es una enfermedad (muchos católicos lo hacen), sin embargo la O.M.S. eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, sin perjuicio de colocar en la lista a la homofobia. En tercera medida, La gente de “la familia tradicional” o como se llamen dicen que la comunidad LGTTB intenta doblegar los derechos de la familia, mujeres y niños. No hay intención doblegar a nadie, eso se lo dejamos a los jerarcas religiosos y a los militares del proceso de los años ´70. Aquí se debe informar, debatir, intercambiar, mostrar una realidad, pero jamás doblegar. En cuarta medida, dicen que el motivo central de la familia es la procreación y la defensa de la familia tradicional y conservadora. Así, la familia ideal puede que sea una sola, pero las familias reales son muchas y muy diversas, por ejemplo las nucleares, binucleares, ensambladas, monoparentales y homoparentales (que existen y son una realidad). Por último, argumentan que el matrimonio en países donde la ley existe y es efectiva ha sido un fracaso por que el porcentaje de gente que se une en matrimonio es menor a las expectativas. Lo cierto es que el matrimonio, sea gay o heterosexual, no se puede medir en términos de fracaso o éxito, por que no estamos legislando con la expectativa de ver si la totalidad o la mayor parte de la comunidad homosexual firma en el registro civil. La legislación pasa por reivindicar un derecho inherente al ser humano. Una vez obtenida la reivindicación de ese derecho, las personas tienen, valga la redundancia, el derecho de elegir casarse o no, exactamente igual a lo que hacen los heterosexuales. Será un fracaso si la ley es desaprobada y será un éxito si se reconocen los derechos de todos y todas.
He visto con tristeza como el debate se centra en cuestiones simplistas y prejuiciosas, llevando la discusión muy por encima de lo que en realidad es. He oído diversas voces a favor y en contra de la ley, pero no he escuchado nada acerca de lo que realmente abarca su aprobación, lo que realmente significa y la dignificación humana que ella implica.
Los señores senadores debaten si la minoría homosexual debe tener el derecho al matrimonio. Este debate ni siquiera debería existir ya que la Constitución Nacional consagra éste y todos los derechos propios al ser humano. Es la Carta Magna la que defiende la igualdad, sin embargo, la comunidad homosexual debe estar peleando para que esa igualdad se haga efectiva. ¿Por qué? Si está consagrada en la Constitución Nacional no debería tener discusión alguna. No soy un experto en leyes, solo se que la Constitución nos ampara al decir que “nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni privado de lo que ella no prohíbe”. De ésta manera, el Código Civil al enunciar los requisitos para contraer matrimonio no dice que los contrayentes han de ser hombre y mujer exclusivamente, simplemente por que no es excluyente. No obstante, la institución tal y como es se ha respetado por años. Suponiendo que fuera privativo, la aprobación de la ley viene a poner un marco legal a situaciones que ya existen. Muchos hombres y mujeres viven actualmente en concubinatos con personas del mismo sexo, figura legal que tampoco nos ampara si seguimos los lineamientos de la ley. Muchas parejas del mismo sexo que conviven comparten la responsabilidad de criar al hijo de uno de los dos.
La adopción no es un tema que deba ser cuestionado ya que los solteros podemos adoptar sin perjuicio de nuestra orientación sexual. Quiero decir, que la discusión por la Ley De Matrimonio tiene un espectro mucho más abarcativo: define el Estado de Familia.
Si familia para el Estado es la familia nuclear, es decir, convivencia de un papá, una mamá y sus hijos e hijas, del mismo modo que lo plantean las organizaciones religiosas lideradas por la Iglesia Católica, entonces las familias binucleares, monoparentales, ensambladas y homoparentales no gozan del Estado de Familia. Se genera de ésta manera la exclusión social en detrimento de la inclusión.
Las Senadoras Hotton y Negre de Alonso usan de modo irresponsable la “defensa del derecho fundamental del niño” para apoyar su desacuerdo rotundo a la aprobación de la ley. Dice la Senadora Hotton que “debemos darle al niño lo que el niño perdió”. Si seguimos esa línea de pensamiento, el Estado debe garantizar al huérfano la posibilidad de ser adoptado por padres heterosexuales tan irresponsables, incapaces y abandónicos como lo fueron sus padres biológicos. Así, el discurso de la Senadora Hotton se cae a pedazos, por que lo que en realidad necesita un niño en situación de orfandad es una familia amorosa donde pueda encontrar contención y protección, independientemente si los adoptantes son heterosexuales u homosexuales. No existe estudio científico en el mundo que avale la teoría de las Senadoras de creer que dos papás o dos mamás son incapaces de dar amor, o lo que es peor, que por la orientación sexual de los padres adoptivos el niño tenga mas posibilidades de ser homosexual o heterosexual, por que debemos asumir de una vez por todas que todos los homosexuales venimos de familias heterosexuales, es decir, que si nos guiamos por eso, los heterosexuales producen más homosexuales que las familias homoparentales.
Señores, la homosexualidad no tiene nada que ver con modelos a seguir, como los roles no tienen nada que ver con el sexo de los padres. Me gustaría saber cuantos heterosexuales alguna vez en sus vidas se detuvo a preguntarse si “elegía” ser heterosexual. Del mismo modo los homosexuales tampoco “elegimos” nuestra orientación. La orientación sexual no se optativa. Como ustedes son heterosexuales, nosotros somos homosexuales, sin más.
Todas las marchas que se han realizado a lo ancho y largo del país no han demostrado otra cosa que homofobia. Siguen creando divisiones sociales. ¿Para qué? ¿Cuál es el objeto? Yo no lo entiendo. Las mal llamadas “Marchas Por La Familia” lo único que pretenden es la exaltación de prejuicios que a estas alturas no deberían existir. Llaman a la Ley Igualitaria “Ley Corruptora”. ¿Alguien puede explicarme por qué es corruptora la ley? ¿A quién corrompe? Si leemos entre líneas, para esa gente, los corruptores somos nosotros. Sin embargo, en los últimos años se ha demostrado estadísticamente que los corruptores de menores son heterosexuales (padres, padrastros, tíos, hermanos, sacerdotes, etc.). Y son los mismos que nos condenan los que tienen en el seno de sus instituciones a los pederastas. Señores jerarcas religiosos, Dios es amor, no odio, no hay necesidad de enfrentarse a nosotros. Ama a tu prójimo dijo Jesús. En vez de gastar el dinero que todos pagamos con nuestros impuestos en movilizaciones y apoyo político a las Sras. Senadoras, deberían invertirlo en los necesitados. Por que cierto es que con el dinero que todos los ciudadanos pagamos en impuesto el Estado Nacional financia a la religión oficial del país, y ellos las marchas contra la Ley de Matrimonio. En el caso de los grupos evangélicos es peor, por que no solo el dinero de los impuestos de los fieles va a parar a las arcas de la Iglesia Católica, sino que además sus diezmos también financian éstos atropellos. Por otro lado, no es justo ni creíble que ahora por que hay una discusión social de éste calibre, ustedes saquen a relucir su “preocupación” por los niños. Bien dice Pepe Cibrián Campoy que hay millones de niños con necesidades urgentes que no tienen una familia amorosa que cuide de ellos, y ustedes prefieren que sigan en ésas condiciones antes de ser adoptados por una familia homoparental. ¿Eso enseña su Biblia? Ustedes no se compadecen del dolor ajeno, solo buscan excluir y segregar a todo lo diferente. Ya lo hicieron en la Inquisición, ya lo hicieron con las mujeres, con la gente de color… ahora con nosotros. Señores, las pruebas están a la mano de cualquiera, solo es cuestión de no cegarse a la realidad ni a la historia.
En primera medida mucha gente cree que la comunidad gay es una minoría “minoritaria”. Lo cierto es que la minoría LGTTB en la Argentina es una minoría mayoritaria, no es una minoría de minorías. En segunda medida escuché que ser homosexual es tener un “gusto” desviado o ser enfermos. Cabe aclarar que no son "gustos" sexuales, es orientación la palabra correcta, gusto requiere de elección, en cambio orientación es algo innato, se nace así (Orientación heterosexual por ejemplo). Afirman que es una enfermedad (muchos católicos lo hacen), sin embargo la O.M.S. eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, sin perjuicio de colocar en la lista a la homofobia. En tercera medida, La gente de “la familia tradicional” o como se llamen dicen que la comunidad LGTTB intenta doblegar los derechos de la familia, mujeres y niños. No hay intención doblegar a nadie, eso se lo dejamos a los jerarcas religiosos y a los militares del proceso de los años ´70. Aquí se debe informar, debatir, intercambiar, mostrar una realidad, pero jamás doblegar. En cuarta medida, dicen que el motivo central de la familia es la procreación y la defensa de la familia tradicional y conservadora. Así, la familia ideal puede que sea una sola, pero las familias reales son muchas y muy diversas, por ejemplo las nucleares, binucleares, ensambladas, monoparentales y homoparentales (que existen y son una realidad). Por último, argumentan que el matrimonio en países donde la ley existe y es efectiva ha sido un fracaso por que el porcentaje de gente que se une en matrimonio es menor a las expectativas. Lo cierto es que el matrimonio, sea gay o heterosexual, no se puede medir en términos de fracaso o éxito, por que no estamos legislando con la expectativa de ver si la totalidad o la mayor parte de la comunidad homosexual firma en el registro civil. La legislación pasa por reivindicar un derecho inherente al ser humano. Una vez obtenida la reivindicación de ese derecho, las personas tienen, valga la redundancia, el derecho de elegir casarse o no, exactamente igual a lo que hacen los heterosexuales. Será un fracaso si la ley es desaprobada y será un éxito si se reconocen los derechos de todos y todas.
He visto con tristeza como el debate se centra en cuestiones simplistas y prejuiciosas, llevando la discusión muy por encima de lo que en realidad es. He oído diversas voces a favor y en contra de la ley, pero no he escuchado nada acerca de lo que realmente abarca su aprobación, lo que realmente significa y la dignificación humana que ella implica.
Los señores senadores debaten si la minoría homosexual debe tener el derecho al matrimonio. Este debate ni siquiera debería existir ya que la Constitución Nacional consagra éste y todos los derechos propios al ser humano. Es la Carta Magna la que defiende la igualdad, sin embargo, la comunidad homosexual debe estar peleando para que esa igualdad se haga efectiva. ¿Por qué? Si está consagrada en la Constitución Nacional no debería tener discusión alguna. No soy un experto en leyes, solo se que la Constitución nos ampara al decir que “nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni privado de lo que ella no prohíbe”. De ésta manera, el Código Civil al enunciar los requisitos para contraer matrimonio no dice que los contrayentes han de ser hombre y mujer exclusivamente, simplemente por que no es excluyente. No obstante, la institución tal y como es se ha respetado por años. Suponiendo que fuera privativo, la aprobación de la ley viene a poner un marco legal a situaciones que ya existen. Muchos hombres y mujeres viven actualmente en concubinatos con personas del mismo sexo, figura legal que tampoco nos ampara si seguimos los lineamientos de la ley. Muchas parejas del mismo sexo que conviven comparten la responsabilidad de criar al hijo de uno de los dos.
La adopción no es un tema que deba ser cuestionado ya que los solteros podemos adoptar sin perjuicio de nuestra orientación sexual. Quiero decir, que la discusión por la Ley De Matrimonio tiene un espectro mucho más abarcativo: define el Estado de Familia.
Si familia para el Estado es la familia nuclear, es decir, convivencia de un papá, una mamá y sus hijos e hijas, del mismo modo que lo plantean las organizaciones religiosas lideradas por la Iglesia Católica, entonces las familias binucleares, monoparentales, ensambladas y homoparentales no gozan del Estado de Familia. Se genera de ésta manera la exclusión social en detrimento de la inclusión.
Las Senadoras Hotton y Negre de Alonso usan de modo irresponsable la “defensa del derecho fundamental del niño” para apoyar su desacuerdo rotundo a la aprobación de la ley. Dice la Senadora Hotton que “debemos darle al niño lo que el niño perdió”. Si seguimos esa línea de pensamiento, el Estado debe garantizar al huérfano la posibilidad de ser adoptado por padres heterosexuales tan irresponsables, incapaces y abandónicos como lo fueron sus padres biológicos. Así, el discurso de la Senadora Hotton se cae a pedazos, por que lo que en realidad necesita un niño en situación de orfandad es una familia amorosa donde pueda encontrar contención y protección, independientemente si los adoptantes son heterosexuales u homosexuales. No existe estudio científico en el mundo que avale la teoría de las Senadoras de creer que dos papás o dos mamás son incapaces de dar amor, o lo que es peor, que por la orientación sexual de los padres adoptivos el niño tenga mas posibilidades de ser homosexual o heterosexual, por que debemos asumir de una vez por todas que todos los homosexuales venimos de familias heterosexuales, es decir, que si nos guiamos por eso, los heterosexuales producen más homosexuales que las familias homoparentales.
Señores, la homosexualidad no tiene nada que ver con modelos a seguir, como los roles no tienen nada que ver con el sexo de los padres. Me gustaría saber cuantos heterosexuales alguna vez en sus vidas se detuvo a preguntarse si “elegía” ser heterosexual. Del mismo modo los homosexuales tampoco “elegimos” nuestra orientación. La orientación sexual no se optativa. Como ustedes son heterosexuales, nosotros somos homosexuales, sin más.
Todas las marchas que se han realizado a lo ancho y largo del país no han demostrado otra cosa que homofobia. Siguen creando divisiones sociales. ¿Para qué? ¿Cuál es el objeto? Yo no lo entiendo. Las mal llamadas “Marchas Por La Familia” lo único que pretenden es la exaltación de prejuicios que a estas alturas no deberían existir. Llaman a la Ley Igualitaria “Ley Corruptora”. ¿Alguien puede explicarme por qué es corruptora la ley? ¿A quién corrompe? Si leemos entre líneas, para esa gente, los corruptores somos nosotros. Sin embargo, en los últimos años se ha demostrado estadísticamente que los corruptores de menores son heterosexuales (padres, padrastros, tíos, hermanos, sacerdotes, etc.). Y son los mismos que nos condenan los que tienen en el seno de sus instituciones a los pederastas. Señores jerarcas religiosos, Dios es amor, no odio, no hay necesidad de enfrentarse a nosotros. Ama a tu prójimo dijo Jesús. En vez de gastar el dinero que todos pagamos con nuestros impuestos en movilizaciones y apoyo político a las Sras. Senadoras, deberían invertirlo en los necesitados. Por que cierto es que con el dinero que todos los ciudadanos pagamos en impuesto el Estado Nacional financia a la religión oficial del país, y ellos las marchas contra la Ley de Matrimonio. En el caso de los grupos evangélicos es peor, por que no solo el dinero de los impuestos de los fieles va a parar a las arcas de la Iglesia Católica, sino que además sus diezmos también financian éstos atropellos. Por otro lado, no es justo ni creíble que ahora por que hay una discusión social de éste calibre, ustedes saquen a relucir su “preocupación” por los niños. Bien dice Pepe Cibrián Campoy que hay millones de niños con necesidades urgentes que no tienen una familia amorosa que cuide de ellos, y ustedes prefieren que sigan en ésas condiciones antes de ser adoptados por una familia homoparental. ¿Eso enseña su Biblia? Ustedes no se compadecen del dolor ajeno, solo buscan excluir y segregar a todo lo diferente. Ya lo hicieron en la Inquisición, ya lo hicieron con las mujeres, con la gente de color… ahora con nosotros. Señores, las pruebas están a la mano de cualquiera, solo es cuestión de no cegarse a la realidad ni a la historia.
La Senadora Negre de Alonso dice proponer una alternativa al matrimonio entre personas del mismo sexo. Nosotros queremos casarnos, otra alternativa sigue siendo discriminatoria. Es lo mismo que pensar que los heterosexuales son ciudadanos de primera y nosotros ciudadanos de segunda. A los mismos derechos hay que darles los mismos nombres. No se puede tapar el son con un dedo.
El matrimonio no es preexistente al hombre, surgió para poner un marco jurídico a una situación que se construyó. Del mismo modo debe ser ahora. Debe modificarse para dar juridicidad a nuevas construcciones sociales. No hacerlo significa amparar los prejuicios y la intolerancia. No aprobar la Ley Igualitaria implica desigualdad. Esta lucha no es de un sector como se pretende hacer creer. Ésta lucha es de la sociedad en su totalidad, es la lucha contra los mecanismos discriminatorios, es la lucha por la inclusión, por la justicia y por la dignidad. Señores, para concluir solo quiero decirles que la diversidad enriquece y que vivir la diversidad nos ayuda a ser mejores hombres y mujeres. Apelo a su buen criterio y sentido de la justicia. Confío en que los Señores Senadores legislarán para todos y todas.
2 comentarios:
Es verdad, no es una enfermedad, es una elección. Es elegir la desviación, la degeneración, la inmundicia por sobre la Familia.
Me encanto tu comentario y estoy en un 100% de acuerdo. Creo que el proximo paso es hacer una buena modificacion a la ley de adopcion y que ningun niño pase un minuto mas en esas instituciones y tengan una familia inmediatamente se decreta el abandono. Hay mucha gente en lista de espera y esperan demasiado....y estaria bueno que todos los MATRIMONIOS PUEDAN ADOPTAR inmediatamente. Y para el desubicado que hizo ese comentario mas le vale que se ponga en orbita porque en breve el marginado va a ser el por estar fuera de lugar tiempo y espacio.
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