martes, 14 de diciembre de 2010

LA PROMESA DE UNA ARGENTINA MEJOR


El diez de diciembre se conmemoró el día de los Derechos Humanos en todo el país. Hubieron diferentes eventos en diferentes ciudades, con diferentes temáticas y festejando o demandando diferentes asuntos.
Éste año en particular ha sido clave en el reconocimiento de derechos para las minorías. Se consiguió el derecho al matrimonio igualitario, que es más que el simple derecho a casarse, es el derecho a fundar una familia y que el Estado nos reconozca ese status, es otorgarles a nuestros hijos los derechos que se desprenden de la co-adopción, como la obra social, el derecho hereditario y el derecho de vínculo entre el padre o la madre adoptivo y el niño, y eso por nombrar algunas consecuencias jurídicas en torno al tema.
También comenzaron los juicios a los genocidas, impartiendo justicia y memoria para que jamás nos vuelva a suceder, para que tomemos conciencia como argentinos de nuestra entidad política y podamos así defender la democracia con uñas y dientes.
Este año nos hemos sensibilizado con las luchas de otros actores sociales, como aquella que embanderaron las compañeras y los compañeros trans. Ellos están peleando para que se reconozca su derecho a la Identidad de Género, proyecto de ley que básicamente establece un DNI con el nombre y la imagen que los y las identifica. Más allá de hacer una lectura quisquillosa de éste proyecto, creo que debemos ser más atentos con una minoría que por sí sola les será muy difícil encontrar la comprensión social a su pretensión y las bases en que se fundamenta. Podríamos juzgar si es moralmente aceptable o no, si deben cambiar su identidad al sexo contrario al de nacimiento o no, si se debe lograr mediante el sometimiento de la persona trans a un cuerpo médico interdisciplinario o no, si es condición para adquirir los efectos jurídicos del cambio de Identidad sexo-genérica que se sometan a la reasignación de sexo o no y así por el estilo. Lo único realmente cierto es que la identidad sexo-genérica se construye, que constituye un derecho y ninguno de nosotros tenemos la potestad para arrebatárselo a nadie. En primera medida porque ninguno de nosotros somos quienes para entorpecer la lucha de las y los compañeras/os trans y en segunda medida porque nadie que no ostente dicha identidad tiene autoridad para decidir sobre ellos y ellas. Lo único que podemos hacer es comprender y acompañar.
Otra lucha que recién ahora encontró su espacio luego de al menos 5 años de dura militancia es el proyecto de ley por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El proyecto presentado al Congreso de la Nación establece claramente en qué casos el aborto es no punible y en cuáles sí. Esto nos da una idea más acabada de éste asunto, nos ayuda a comprender que no es una “ley-fábrica de abortos”, sino que regula situaciones que hasta ahora son clandestinas. Por otro lado, es menester recalcar que cada uno de nosotros es dueño de su propio cuerpo y debemos ser nosotros quienes decidamos sobre ellos. En éste sentido, es necesario que se reconozca éste derecho para que cada mujer pueda decidir. Hay que contemplar también la cantidad de muertes por abortos clandestinos. En países como Italia, donde el aborto es legal desde hace más de 25 años, se ha demostrado que los índices de mujeres que acceden a la interrupción del embarazo han disminuido en más del 50%, lo que desmitifica la creencia popular de “avalanchas abortivas”.
En 2009 fue aprobada la Ley de Protección Integral a las Mujeres en cualquier tipo de Violencia. La norma permite que las mujeres víctimas de violencia sean atendidas en forma gratuita en centros de salud y reciban ayuda económica, asesoramiento legal, laboral y alojamiento. Además la ley postula modificaciones al sistema educativo y cambios en la capacitación docente y en la formación de los agentes de seguridad. También indica que, durante el proceso judicial en causas de violencia contra la mujer, el juez podrá disponer, de oficio o a petición, la prohibición de acercamiento del presunto agresor al lugar de residencia, trabajo, estudio, esparcimiento o a los lugares de habitual concurrencia de la víctima. A su vez, el juez podrá ordenar al presunto agresor que cese en los actos de perturbación e intimidación, y prohibirle la compra y tenencia de armas. Ésta iniciativa es de máxima importancia de no ser porque no está en vigencia en varias provincias, entre ellas Mendoza. Esto nos tiene que dar las pautas de cuáles son las luchas que debemos encarnar en el 2011. No podemos permitir que nuestras madres, hermanas, hijas, amigas, etc., continúen en el círculo vicioso de la violencia de género.
La lista es interminable si decidiera seguir enumerando conquistas que aún faltan. Lo cierto es que debemos comenzar por volver la hoja y concientizarnos. Tenemos la obligación de educarnos para dejar de creer que aquellos que viven en la clandestinidad deben seguir así para que, como sociedad, no nos estorbe. Debemos dejar de ser necios e irreflexivos con aquellos que necesitan y merecen un mejor vivir. Es nuestro compromiso pregonar la igualdad y la inclusión en todos los aspectos posibles, revalorizarnos y comenzar a vernos como seres humanos, como pares, hermanarnos. De nada sirven las organizaciones sociales si los y las que en ellas trabajamos no somos capaces de darle a los que no tienen sus derechos la esperanza de un futuro mejor o la expectativa de un mundo más justo.
Debemos reconocer que gran culpa de que aún hoy estemos batallando para que se nos reconozcan derechos que son inherentes a nuestra condición de humanos es de la Iglesia Vaticana. Por años hemos estado sujetos a los preceptos morales de una institución dominatrix, arcaica, que ampara delitos como el estupro, que bendice guerras, que avala dictadores y se convierte en cómplice de delitos de lesa humanidad.
Es necesario entender que es hora de dejar de hacerles el caldo gordo y abrazar la apostasía como la única forma posible de impedir que la Iglesia siga inmiscuyéndose en cuestiones que no le competen. Para bregar por nuestros derechos está el Estado, no debemos ni podemos seguir permitiendo que se nos domine a través de la culpa y de la promesa de un candente infierno al final de nuestros días.

1 comentario:

Manu dijo...

Hoola!!! me gusto mucho tu blog, me gustaria que te pasaras por el mio.
http://quierohacerloestanoche.blogspot.com

Un saludo desde Zaragoza (España)